Los trabajos de recuperación del gas domestico, duró 25 días, en 10 calles del Barrio Carmelo Urdaneta, para beneficiar a 1200 marabinos.
Más de 1200 marabinos del barrio Carmelo Urdaneta, recuperaron el servicio de gas doméstico en sus hogares después de más de 30 años. Los trabajos realizados, durante 25 días, por la Alcaldía de Maracaibo, a través de Servicio Autónomo para el Suministro de Gas (SAGAS), benefició a 310 hogares.
Del 3 de febrero hasta el 24 de marzo, la municipalidad realizó mantenimiento correctivo, limpieza y adecuación de la red de gas en las calles 74, 73, 72, 71, 70 y las avenidas 102, 103, 103, 104 y 105. En ellas se reemplazaron así 2.600 metros lineales de tubería del barrio ubicado en la parroquia Venancio Pulgar.
Como resultado de los esfuerzos, 44 escapes fueron corregidos, se ejecutaron 36 instalaciones de acometidas, siete adecuaciones de red de alimentación, la construcción de una línea de servicio y seis adecuaciones en red de alimentación para el correcto funcionamiento del servicio en 310 viviendas. Así lo informó Adrián Romero Martínez, alcalde encargado del municipio Maracaibo. “Estas labores son parte de las operaciones diarias que ejecutan nuestras cuadrillas del Sagas, todo el equipo está distribuido en distintas partes de las 18 parroquias para corregir los problemas de interés público”, señaló romero Martínez.
Más gas en Carmelo Urdaneta
Por su parte, el ingeniero Raúl Villalobos, director del SAGAS, destacó que, a partir de las exploraciones realizadas, el equipo encontró tomas inadecuadas totalmente obstruidas, hechas con material no apto y con más de 30 años de uso. “Sustituimos, corregimos e inmediatamente le hicimos mantenimiento a toda esta red”, señaló el funcionario, al tiempo que hizo un llamado a la colectividad marabina a que, en caso de presentar inconvenientes en el servicio, contacte inmediatamente al Sagas.
María Contreras, habitante del sector, comentó que llevaba años sin poder cocinar con comodidad y calidad. “Cocinaba a punta de bombona y bueno cuando no tenía para recargar me tocaba ingeniármelas. Más de una vez almorzamos a las cuatro de la tarde esperando que la comida estuviera”. Asimismo, expresó su satisfacción al poder cocinar los alimentos en menor tiempo y contar con una “buena llama”.
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