En la cancha deportiva del Caujil de la parroquia Raúl Leoni, 75 niños y jóvenes del barrio Alberto Carnevalli podrán practicar baloncesto, fútbol sala y gimnasia rítmica.
Alegres y agradecidos están los vecinos del barrio Alberto Carnavalli, en la parroquia Raúl Leoni, por la recuperación y reinauguración de la cancha deportiva El Caujil tras 18 años de abandono.
El alcalde Rafael Ramírez Colina entregó esta obra, durante el Sábado de Soluciones al oeste de Maracaibo, que encabezó con el equipo del gabinete municipal, el pasado 21 de octubre, acompañado del presidente del Instituto Municipal del Deporte y la Recreación (Imdeprec), Willinton Argote, y el equipo de Gerencia Deportiva.
En el estreno de la cancha participaron las escuelas de iniciación de disciplinas como gimnasia rítmica, fútbol de salón y baloncesto.
El alcalde Rafael Ramírez Colina expresó su emoción por lo que representa para la comunidad la recuperación de este espacio.
“Además de recuperar este espacio, me emociona ver a tantos jóvenes presentes y decir que hoy Maracaibo tiene más futuro que pasado. Toda una generación que dará paso a las próximas estrellas del deporte”.
Invitó a los niños y jóvenes a soñar y a creer que los sueños son posibles con constancia y dedicación, asegurando que esta cancha es para ellos y para toda la comunidad.
Teresa González, una vecina de 50 años, agradeció la recuperación de la cancha y resaltó la importancia de la iniciativa de la Alcaldía para alejar a los jóvenes de las calles y fomentar la excelencia deportiva a través de diferentes disciplinas.
Morelis Martínez, madre de un niño de 9 años, mencionó que la recuperación de la cancha es fundamental para que su hijo y otros jóvenes puedan practicar deporte en un espacio cómodo y agradable, promoviendo un ambiente saludable para todos los participantes.
El presidente del Imdeprec, destacó que la cancha de El Caujil estará destinada al desarrollo de disciplinas como: baloncesto, fútbol sala y gimnasia rítmica beneficiando de entrada, a 75 niños y jóvenes entre los 6 y los 18 años habitantes de la comunidad a quienes les instó hacer un buen uso de las instalaciones, además de cuidarlas para garantizar su durabilidad.
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