La construcción del puente peatonal y el saneamiento de 750 metros de la cañada Morillo responde a la beneficia a más de 50 mil habitantes del barrio Los Andes.
Tras 21 días de trabajo y con el objetivo de mejorar la movilidad y seguridad de los residentes del barrio Los Andes, parroquia Manuel Dagnino, la Alcaldía de Maracaibo a través de la Dirección de Ingeniería Municipal (DIM) construyó e instaló un puente peatonal y limpió el tramo de la cañada Morillo que atraviesa la comunidad.
Este paso conector beneficia a más de 50 mil vecinos del sector. Se trata de una estructura metálica de 13 metros lineales puesta sobre bases de concreto. Rafael Ramírez Colina, alcalde de Maracaibo, encabezó la instalación acompañado de Carlos Guanipa, director de Ingeniería Municipal, y José Ángel Pérez, presidente del Instituto Municipal del Ambiente (IMA).
“Esta obra responde a la necesidad urgente de los habitantes del sector, quienes enfrentaban serias dificultades para cruzar la cañada, especialmente durante la temporada de lluvias, y en consecuencia, enfrentaban largos trayectos a la hora de desplazarse hacia el otro lado”, señaló Carlos Guanipa, director de Ingeniería Municipal.
Guanipa también indicó que la construcción de la obra llevó un total de 21 días. “terminamos en tiempo récord”, comentó Guanipa. “Fue un trabajo muy fluido; mientras fabricaban el puente en los talleres, en el sitio se estaban preparando las bases de concreto”.
Además de la construcción del puente, el Instituto Municipal del Ambiente (IMA) completó el saneamiento y limpieza del tramo del barrio Los Andes de la cañada Morillo. José Ángel Pérez, director del IMA, señaló que la limpieza de este tramo, de aproximadamente 750 metros, forma parte del Plan de Limpieza de Cañadas 2024.
El equipo de ambientalistas retiró aproximadamente 3 toneladas de desechos sólidos de manera manual. Pérez subrayó la importancia de esta labor ambiental, ya que la cañada Morillo tiene un nivel de riesgo de inundación máximo en la escala del Sistema de Alerta Temprana.
“En el tramo donde se construyó este puente siempre había desbordamientos. Estas acciones de limpieza preventiva le dan seguridad a la comunidad”, afirmó Pérez.
Elena Cordero, estudiante de gerencia industrial de 20 años, recuerda que en repetidas ocasiones vecinos del sector se caían intentando atravesar la cañada. “Quienes nos atrevíamos a pasar por ahí debíamos ir con extrema precaución y, sin embargo, te equivocabas de piedra o pisabas donde no debías y te caías”, relató Cordero. “La cosa se complicaba más cuando llovía y se llenaba de agua. Uno que es joven y más ágil podía subir y bajar, pero a los más pequeños y a los adultos mayores se les hacía imposible y tenían que dar la vuelta y pasar por el puente de la otra calle”.
Asimismo, Rafael Quintero, mecánico de 48 años, comentó que “atravesar por esas aguas negras era una odisea”, al tiempo que expresó que la problemática en ese tramo de cañada existe desde que tiene «uso de razón». “Llevamos prácticamente toda la vida esperando que nos solventen esta necesidad tan grande. Gracias a Dios nos escucharon”
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