Los más de 200 vendedores aseguran que sus ventas aumentaron, gracias a la aplicación del mecanismo de seguridad a cargo de Polimaracaibo.
“Seguras y confiables”, así sienten las instalaciones del Terminal de Pasajeros de Maracaibo, los más de 200 comerciantes que hacen vida allí, desde que hace mes y medio, comenzó a aplicarse el uso de los detectores de metales como medida de seguridad dentro de sus espacios y para verificar las más de 800 unidades que prestan servicio de transporte en la región y el país.
Rodmar Urdaneta, director del Servicio Desconcentrado de Terminal de Maracaibo (SEDETEMA), destacó que esta medida no sólo refuerza la seguridad de los pasajeros, sino que también la de los comerciantes, permitiéndoles el aumento en sus ventas. Recordó que en el marco del Operativo de Vacaciones 2024 se inició con esta tarea de revisión con apoyo de Polimaracaibo.
“Es esencial mantener un entorno seguro en el terminal, especialmente en tiempos donde la seguridad es una prioridad. Los locales que hacen vida dentro del terminal son muy importantes, porque permiten a los pasajeros comprar los productos que necesiten para su respectivo viaje”, destacó Urdaneta.
Para comerciantes como Ángel Ferrer, propietario de un local desde hace más de 18 años en el terminal, las instalaciones evolucionaron en materia de seguridad y es lo que lo hace más “seguro y confiable” para todos los usuarios.
“Tengo muchos años aquí, recuerdo que a toda hora venían ‘rateritos’ con cualquier arma a amenazarnos para robarnos, pero ahora la realidad es otra, hay mucha vigilancia tanto adentro como afuera del terminal”, expresó.
Mary Rodríguez, vendedora de bisutería de 38 años con más de 10 laborando en el termina, manifestó que el uso del detector de metales mantiene un entorno completamente seguro y ayuda a evitar delitos graves dentro de las instalaciones.
“Los detectores, no sólo brindan la confianza a los viajeros, sino que también reduce el riesgo de incidentes, beneficia a los usuarios y a todos los que hacemos vida en el terminal”.
Asimismo, Diana Borrego, comerciante de 51 años y vendedora de almuerzos, sostiene que gracias a todos los métodos de seguridad con los que cuenta el terminal hace que los usuarios viajen con más frecuencia y sus ventas aumentan.
“Mis ventas han aumentado y sé que se debe gracias a todas las mejoras con las que cuenta ahora el terminal. Para nadie era un secreto que esto era un lugar abandonado y perdido en la delincuencia”, resaltó.
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