22 palabreros asistieron a taller Formación de Putchipu’uis, en el que se destacó la importancia de estos representantes de la comunidad wayuu y de la defensa derechos indígenas establecidos en la Constitución.
Los denominados palabreros wayuu son amplios conocedores de la cultura indígena, y en busca de fortalecer sus conocimientos, la Alcaldía de Maracaibo a través del Instituto de Pueblos y Comunidades Indígenas (IMPCIMA) llevó el taller Formación de Putchipu’uis a cuatro parroquias de la ciudad.
En total, 22 palabreros de las parroquias Idelfonso Vásquez, Venancio Pulgar, Antonio Borjas Romero y Francisco Eugenio Bustamante recibieron el taller que estuvo dirigido por Antonio Méndez, gerente de Resolución de Conflictos de la Alcaldía, y que se realizó en el barrio Etnia Wayuu en el oeste de Maracaibo.
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Durante ocho horas académicas, a los palabreros se les conceptualizó el término Putchipu’uis, se les explicó a detalle los derechos indígenas que están establecidos en la Constitución, se les habló sobre la mercantilización y tergiversación que sufre el código oral wayuu, así como las normas y procedimientos para desempeñarse como un palabrero en Maracaibo.
“Los palabreros o Putchipu’uis, en wayuunaiki, son personas sabias y conocedoras de la cultura milenaria de los pueblos indígenas, en este caso, la etnia wayuu”, explicó Pedro Machado, presidente del Instituto de Pueblos y Comunidades Indígenas.
Machado destacó que en la etnia los palabreros son fundamentales, ya que todavía sirven como intermediarios en la solución de conflictos entre familias y velan por la paz dentro de la comunidad.
Por esta razón, Machado señaló que el instituto promovió la iniciativa para enseñar a más personas sobre las prácticas culturales con el fin de incentivar la armonía entre los miembros de la misma etnia.
“La transmisión del conocimiento se realiza a través de la participación en eventos tradicionales (…) Los nietos y sobrinos que siempre acompañan al palabrero van adquiriendo estos conocimientos a través de la experiencia vivida”, explicó Antonio Méndez, gerente de Resolución de Conflictos del instituto.
Ángel Guanipa, residente de la parroquia Borjas Romero y participante en el taller, valoró positivamente la actividad que busca preservar las raíces culturales wayuu y sus valores como comunidad.
“Veo muy bien la actividad que estamos realizando ahora, es una verdadera clase, una escuela”, señaló.
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